domingo, 11 de junio de 2017

Esto es temporal.






Hermanos míos, alégrense cuando tengan que enfrentar diversas dificultades. Ustedes ya saben que así se pone a prueba su fe, y eso los hará más pacientes. Ahora bien, la paciencia debe alcanzar la meta de hacerlos completamente maduros y mantenerlos sin defecto.
Santiago 1:2-4 PDT.



La paciencia es una "cualidad", si lo pudiera decir así, que ha sido puesta a un lado. En parte por la velocidad a la cual se mueve el mundo actual como también, el alto sentido de competencia implantado en las mentes de la gente.

Este fin de semana pasado, se concretó una de mis experiencias mas anhelantes en los años que llevo como cristiano y a la vez, servidor. Tuve la oportunidad de participar junto con el grupo de músicos de jóvenes gracias a la invitación dada por el líder de la banda y la debida autorización de pastores y Apóstol de nuestra iglesia. Si bien en un principio era un incógnita (50-50, quizás si, quizás no) esa bendita paciencia sirvió para no apagar esa pequeña chispa de esperanza de estar sirviendo como músico y lo mejor, baterista.

La actividad comenzó desde las 5 de la tarde, gracias a Dios el otro chico que estaba considerado para tocar, que finalmente tuvo su chance, pudo ir temprano a acomodar la batería, así que pude llegar a esa hora tarde, para checar afinación, micrófonos, bases de platillos, etc. Iba trascurriendo el tiempo y estaba arribando toda a banda; la gente de la iglesia en la que estoy llegó mas tarde, aunque no tuve la oportunidad de convivir con ellos hasta mas al rato, sobra decir que estaban regalando nieve y ni comí porque se habían terminado los vasos. :(

Al llegar las 8:30 de la noche comenzamos con la primera parte; tomándome en serio la indicación de "lucirse sin olvidar para quién lo hacemos", no pasaron tres canciones o cuatro y rompí mi baqueta. Lo bueno es que aún tenía de reserva, pero desde ahí ya tenía que ir cuidando porque definitivamente me iba a quedar sin nada para la otra "fase". Cuando dejas de hacer una actividad cotidiana por un largo tiempo, cuesta trabajo acostumbrarse, conmigo no fue la excepción, tanto que ya me estaba cansando muy rápido. Terminamos la primera fase, bajé a convivir con mis chavos de mi iglesia y en una de esas me percaté que me había salido una ampolla, ¡wow!, digo, no es cosa de otro mundo, pero con eso vi que si le estaba echando muchas ganas.

Ya después pasó la segunda fase de nuestra participación, terminamos y toda la cosa. 

Hasta aquí diré de lo que respecta al evento, bonito, cansado, pero con las ganas de los chavos que coordinaron todo, hubo detalles, cosas que mejorar, pero felicidades a ellos y obvio gracias a Dios.

Caminé a un lado de la tarima, porque era la parte del programa del evento el proyectar una película. La neta yo quería echarme un sueño para esa parte; sin embargo mientras pasaba observé que uno de los Pastores, que anteriormente estuvo a cargo de jóvenes, ahí estaba, ya medio durmiéndose. Me acerqué, saludé y comenzamos a platicar. Siempre había tenido la curiosidad de tener un tiempo de conversación, aún hoy tengo muchas dudas sobre como estar al frente de un ministerio, de chavos, la verdad ese tiempo que pasé fue fenomenal. Fueron las mejores 2 horas de las 15 que estuve ahí.

Lo que el liderazgo puede provocar cuando hay una familiaridad, las caídas, las pruebas, de todo un poco hablamos y nos escuchamos. Cosa curiosa el decir que ambos éramos un tipo de cristiano "viejo testamento", claro a mi me falta aún para llegar a ser como el Pastor (si, algún día), pero como dice La Palabra respecto a eso, pues llegará. Pero algo que guardo mucho en mi mente con la conversación que tuvimos es lo que coloqué como título en este post: "Esto que vivo es temporal".

Hay cosas que aún en mi vida personal no se han arreglado y se vuelve muy desesperante; donde llegas a pensar si vale la pena hacer lo que haces hoy (espiritual y ministerialmente hablando). Pero el mensaje fue claro, tanto como lo ha sido en las últimas semanas, no te afanes, tranquilo, esto es temporal, solo examina las intenciones de lo que haces y fija tu visión nuevamente.

¿Ya se resolvieron mis ondas? Hasta el día de hoy no. Pero he recibido paz, seguridad y calma para no caer en la intensidad de mis emociones. Todo vendrá, ya que la prueba de nuestra fe produce paciencia, la misma que se desarrolla en la tribulación, la prueba, esperanza.

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