En mis leídas típicas del diario de mejor circulación de la Zona Norte del Estado de Veracruz, me dirigí directamente a la zona de la Sierra de Puebla, de repente hay algo que sea interesante, no claro refiriéndome a los baleados, macheteados. Y me topé con un artículo donde puedo definir por mis conocimientos en el medio (que serán pocos para algunos, pero que los reconozco) que se nota la "saña" por la cual se le está agrediendo al edil municipal auxiliar de donde vivo, como ya saben a quien me refiero omito nombres. Llamado ya con un sobrenombre, se le expone como alcohólico y violento; aclaro no pretendo justificar sus actos.
Tal y como lo menciona en el periódico todo lo acontecido, fue un absoluto show, que les sirvieran a tal hora aunque no era el tiempo permitido, que usas tu influencia política, que te peleas afuera en tu estado "incráspito de alcoholización". Ok entendí todo eso.
Lo que señalo es que se actúa como si la virgen nos hablara, vamos, cuantas veces no he visto (y han visto mis lectores) varios centros de vicio que han proliferado en mi zona (a veces llamados centros botaneros "familiares") que están trabajando a tan altas horas de la noche ;(. Es de mi conocimiento, regresando a cómo actuó el edil, que siendo alguien público, haya que cuidar bastante su imagen, a cualquier desliz ya andan saliendo los persignados y ofendidos que ni al caso están. Pero en la forma que se escribe el artículo hay tal saña, esa doble intención que uno siente cuando escriben sobre algo o alguien.
¿Que nos deja esto?
1.- Señoras por favor elijan bien a las personas que los van a gobernar, utilicen tantito su voto de conciencia ciudadana para elegir alguien que tenga la capacidad de manejarse en el aspecto social y claro administrativo para su comunidad.
2.- No leer nada más lo que está enfrente de nosotros, hay que interpretar lo que se dice, siempre acostumbrados al prejuicio y no a un análisis.
3.- Señores que aspiran a puestos públicos, cuiden su imagen, sean el ejemplo para sus gobernados.
En fin les dejo con una frase que acuñé ayer mientras platicaba con mis padres.
Hay que estar muy cerca de dios, pero no tan lejos del mundano, porque hay que conocer lo mundano para saber que no hacer en el.
