Hazte un favor.
Y rodéate de personas que te impulsen, que te motiven, que te hablen con transparencia, que te exhorten, que alimenten tu fe, que te inspiren, que se avienten contigo a algo más, que quieran llevarte a otro nivel, que crean en tu potencial y de ser necesario que crean más en ti que lo que tú crees en ti. que oren por ti y contigo, que te desafíen, que te contagien de buenos hábitos, que estén en movimiento, que hayan conquistado terrenos a los que pronto llegarás.
En pocas palabras...
Rodéate de personas que aporten a tu vida, cualquiera puede ofenderte y detenerte, pero solo las amistades de oro pueden ayudarte a romper tus propios límites.
Por Daniel Bustos.
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