"El mayor honor y obsequio, es tenerte a ti como hija".
Al regresar a casa, Mulán lleva consigo la espada y una medalla del emperador, de vuelta a casa de su familia, para así llevar honor y evitar la deshonra posible a la casa. Cuando su padre la ve, en vez de la reprimenda, la funde con un cálido y enorme abrazo.
El mundo de hoy nos presiona a ser gente de resultados; de tener cosas para mostrar que tenemos éxito, lo cuál provoca presiones, afanes, desesperación, validación, etcétera. Quien se tiene una autoestima sana no busca la aprobación o validación a través de lo que se tiene.
Que el adorno de ustedes no sea de cosas externas, como peinados exagerados, o con joyas de oro y vestidos lujosos. La belleza no depende de las apariencias, sino de lo que hay en el corazón. Así que, sean ustedes personas tranquilas y amables. Esta belleza nunca desaparece, y es muy valiosa delante de Dios.
1 Pedro 3:3-4
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